domingo, 25 de enero de 2009

Malos tiempos para la utopía

"Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la tierra." (Gabriel García Márquez)


¿Qué es la utopía? ¿Realidad o mito? ¿Luz o sombra? ¿Mentira o espejismo? Alivia saber que aún queda gente en los tiempos que corren que sigue creyendo en ella, que lucha por ella y que se rodea de otros utópicos que hacen que esta burbuja protectora de las cosas que realmente importan resista día a día el envite de los vientos, me resisto a creer que no queden locos de la vida que aún persiguen ese sueño que acariciaban de pequeños, yo aún me siento niña perdida en el País de Nunca Jamás, sueño con ver un día a mi idolo, Peter Pan, no por sentirme Wendy sino para pedirle que me lleve de vuelta a Nunca Jamás, lejos de paranoias, nostalgias, comeduras de cabeza y demás ataduras que no nos dejan echar a volar...

Perdidos (Los invisibles)



Vagan cual ánimas en pena encadenados a unas vidas que no les llenan, vacías de sentido, absurdas, presencias invisibles, nadie se detiene en medio de este frenesí de prisa en que se ha convertido este ritmo de lo cotidiano a preguntarles cómo están, por qué un buen día se vieron abocados a lo más bajo, a la oscuridad, a ser nada y todo, a hablar sin ser escuchados, a sentir sin ser abrazados, a ver sin ser vistos, las injusticias de la vida, unos están arriba y otros se hundieron un buen día y ahora no logran volver a estar arriba, un viaje en un solo sentido, el sinsentido de dos mundos, el norte y el sur, el tener y el no tener, el silencio de unos muros que se levantan en torno de una realidad que no por ello desaparece, ellos siguen ahí cada día como sombras invisibles pero reales denunciando de forma muda que otro mundo debería ser posible, hoy más que nunca, no deberíamos dejar de creer en que ello no es imposible, un grano de arena cada uno y la montaña será cada vez mayor, que no decaiga...

miércoles, 21 de enero de 2009

Encadenados



"Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras". (William Shakespeare)

Ellos se vieron un buen día encadenados sin buscarlo ni pretenderlo a un trabajo que no les disgustaba porque en el fondo era algo hermoso, trabajar rodeado de libros, pero que en la forma no les convencía, cuando veían algo que no les cuadraba intentaban alzar sus voces pero llegaron primero los toques de atención "este es problemático" o las amenazas veladas "mira que vas a salir antes de lo que piensas", las nominaciones estaban a la orden del día, sobre todo en Navidad donde los contratos en precario y las horas extras no pagadas estaban a la orden del día, cualquier queja era acallada con la excusa de que "si te vas tú hay cola para ocupar tu puesto con la crisis que tenemos", eso lo veía pero ¿justifica eso que en pleno siglo XXI se den situaciones de cuasi esclavitud en la empresa privada? no daré nombres porque hay ex compañeros que aún están dentro y sé que sufrirían represalias únicamente por conocerme pero me da rabia que se aprovechen así de la gente, luego se quejarán de que los ex compañeros no atienden al público con alegría, y yo me pregunto ¿qué alegría van a derrochar cuando lo único que les queda es la esperanza de salir algun día de esas cadenas que les impiden gritar a los cuatro vientos "ahi os quedais vuestras cadenas que yo me quedo con mi libertad"? Sólo espero que poco a poco cunda el ejemplo y vayan saliendo todos, uno a uno dejando a esos explotadores de pacotilla con un palmo de narices (y que el boca a boca surta efecto y no vuelvan a encontrar más cobayas en jóvenes que llegaron con sus sueños de un trabajo ideal y se encontraron con esto, teniendo que recomponer esos sueños que ellos hicieron añicos)...

jueves, 18 de diciembre de 2008

En el País de los ciegos...


Cuando una llega de nuevas a un trabajo intenta no sé tratar de caer bien a los compañeros, no dar demasiada lata al jefe, hacer que los demás se sientan cómodos contigo (y tú con ellos), pero si a pesar de tan buena voluntad después de un tiempo una se va dando cuenta poco a poco, día a día, de que se encuentra inmersa en un mundo parecido a lo que se contaba en la novela y en la película que inspiró "La tapadera" pues ya empieza a dar vueltas el mundo que una creía entender, de pequeña siempre me fascinó el mundo de los libros, y una vez que me licencié estaba cantado que antes o después mi vida profesional se enfocaría a algo relacionado con los libros, pero lo que nunca me imaginé que un trabajo en principio navideño se iba a convertir en una pesadilla...